Los niños que padecen esta enfermedad,
en su mayoría se convierten en huérfanos de uno o dos padres en forma temprana y
quedan a cargo de sus familiares (tíos, abuelos) en el mejor de los casos, pero
muchos quedan al cuidado del estado a través del Instituto de Bienestar
familiar. Esto crea condiciones muy difíciles para ellos, a lo cual se suma en
los niños mayores el desconocimiento de que padecen la enfermedad, se preguntan
el por qué se enferman tanto, el por qué tienen que tomar tantos medicamentos y
en muchas ocasiones ni sus cuidadores
saben acerca de la enfermedad, su cuidado, ni su forma de trasmisión. ¿Cómo
nosotros como sociedad, podemos mitigar esta situación? ¿Cuál es el rol de
estos niños, cuando ya se conviertan en adultos, con una vida sexual activa? Si bien se ha descubierto mucho en la terapia
antiretroviral, lo cual ha aumentado la supervivencia, una vacuna que prevenga
la enfermedad, aun se encuentra muy lejos.
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